El zumbido de un mosquito junto a su oreja la despierta. Y misteriosamente el recuerdo de una noche aparece en su cabeza. Fue a bailar con unas amigas, después de una desilusión amorosa.
Todo estaba planeado, se vería con aquel amigo de un amigo o buen conocido como dice una de ellas.
La noche ya llegaba a su fin. No habían tenido su momento a solas. Mientras ella hablaba distraídamente con su prima, él enviaba mensajes de texto, hipnotizado con su celular.
Sintió algo en su mejilla izquierda, él, sigilosamente, le regaló un besito en el cachete. Un gesto muy infantil por cierto. Pero encantador.
Volvió en sí, se levanto y no podía evitar esa sonrisa que se dibujaba en el rostro. Sabía que no iba a ser un día como los demás.
Todo estaba planeado, se vería con aquel amigo de un amigo o buen conocido como dice una de ellas.
La noche ya llegaba a su fin. No habían tenido su momento a solas. Mientras ella hablaba distraídamente con su prima, él enviaba mensajes de texto, hipnotizado con su celular.
Sintió algo en su mejilla izquierda, él, sigilosamente, le regaló un besito en el cachete. Un gesto muy infantil por cierto. Pero encantador.
Volvió en sí, se levanto y no podía evitar esa sonrisa que se dibujaba en el rostro. Sabía que no iba a ser un día como los demás.
2 comentarios:
a veces, la misma realidad supera a cualquier sueño... Gracias por pasar. Estas agregada tb a mis contactos de MSN, si no te molesta.
Beijos pra você
atte:
Santiago Paz
exquisita sensación aquella. La de darse cuenta que el día que se viene trae cosas buenas. Y caminas como saltando, y te ríes sin reir. Es genial.
:)
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